de lengua en lengua y de una en otra gente.
¡Ay, cuántos Grisóstomos fabrica el mundo! Y a los que el mundo perdona, los condenan los amores ( que por dulces puñaladas son peores). Cadenas perpetuas e invisibles para hacer las pasiones inservibles.
Si alguien lee este blog, déjelo enseguida.
Es una buena advertencia.
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