sábado, 20 de marzo de 2010

Garabato 3. QUE HAGA DE MIS LÁGRIMAS LA LETRA

Si el llanto dura, el alma se me queja,
si el escribir, mis ojos, y si en tanto
por muerte o por consuelo me levanto,
de entrambos la esperanza se me aleja.

Creo que fue a los ocho años cuando me enamoré por primera vez. Fue un dolor tan fuerte que pensé que estaba perdido. Duró meses.
A los dieciséis comprendí que obtener el amor y sus frutos era cosa ajena, pero me empeñé en el fracaso y en el fracaso triunfé.
Entre los dieciocho y los veintitrés coseché todas les negativas y desaires posibles. Las muchachas pasaban ante mis ojos y ni se daban cuenta de mi existencia. Si me miraban era peor aún, mucho peor, era el puro desprecio.
Así que me resultó muy fácil decidir dejar de sufrir. Renuncié al amor. Seguramente éste pasó alguna vez por mi lado pero ya no lo reconocí y no me dolió.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Garabato 2. Y ENTRE TANTOS TORMENTOS

Y entre tantos tormentos, nunca alcanza
mi vida a ver en sombra la esperanza

¡Y faltaban casi tres siglos para que los románticos pudieran decir cosas como ésta! y cantar sus penas, confesar su desesperación y no desear ya la esperanza. Cervantes también anticipó al romanticismo y sus secuelas en versos como éste. La razón que desde aquí continúa es una de esas penas de amor que apasionan a las mujeres y destrozan a los hombres. A veces es una suerte no haber sido un afortunado de ellas.

lunes, 15 de marzo de 2010

Garabato 1. Donde empieza todo.

Ya que quieres, cruel, que se publique
de lengua en lengua y de una en otra gente.

¡Ay, cuántos Grisóstomos fabrica el mundo! Y a los que el mundo perdona, los condenan los amores ( que por dulces puñaladas son peores). Cadenas perpetuas e invisibles para hacer las pasiones inservibles.
Si alguien lee este blog, déjelo enseguida.
Es una buena advertencia.